Gastronomía

Dentro de las particularidades gastronómicas que le son propias a Hinojares, dignas de mención son las tortas de San Marcos, que son repartidas después de la procesión del santo tanto a propios como a extraños. Estas tortas son piezas redondas con bordes ribeteados, de un tamaño y peso de “cinco el kilo”, que son adornadas con flores y con diversos motivos decorativos que se realizan con moldes de madera. Hasta la propia imagen de San Marcos porta, durante todo el cortejo religioso, una de mayor tamaño en su brazo izquierdo, que representa y alude a los antiguos ritos de las caridades comunales.

La cocina de Hinojares se encuentra inmersa en la que le es propia a la comarca a la que pertenece, donde los diferentes “ajos”, o guisos de ingredientes machacados, son vianda común a todos los pueblos serranos. Entre ellos es digno de mención el antiguo “ajo hachero”, que preparaban los cortadores de pinos, y que tomaba un sabor especial e inolvidable cuando se lo preparaba, y aún se prepara como reliquia gastronómica, con unos guízcanos de la sierra. “Ajos” como el no menos popular “ajomarrano”, con el que se culminaban los días del rito matancero, sobre el que se fundamentaban los demás ritos pitanceros entre parientes y vecinos. Una gran nómina de embutidos caseros constituye todo lo que de la matanza sale, de la que no es ajena la cocina de Hinojares, desde lo que le da cuerpo a los tradicionales cocidos y pucheros, hasta los lomos en adobo que acabarán siendo alma de orza y reflejo en el aceite de oliva cuando se les pone cortados en el plato, pasando por la morcilla y los chorizos con pimentón.

Propias de estas tierras son las “gachamigas”, que bien pudieran encuadrarse dentro de las viandas de oficio artesano, pues eso y no otra cosa ha de ser el guisandero que las prepare y sepa darles su punto a golpe de volteo en la sartén. O los muy jaeneros “andrajos”, cocidos en el caldo de hervir piezas de caza menor con hierbabuena y un sofrito de verduras, y que no son más que tiras de masa de harina hechas jirones como trozos de tela rota, que en Hinojares, como en toda la comarca, toman el nombre de “talarines”; nombre que para algunos viene de una deformación fonética de “tela de harina”, evidenciando así de lo que están hechos.

Las migas de pan con torreznos y los “maimones” o sopas de pan completan las viandas de la cocina tradicional de Hinojares, donde no faltan los dulces como los mantecados para la Navidad, los roscos fritos para la Semana Santa y las magdalenas caseras para los festejos familiares de otros tiempos.

Ir al contenido